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Emergencia Sanitaria
“oportunidad para una Ética del cuidado”
 
 

Seguramente muchas cosas se nos presentan y representan sin poder ser decodificadas a pleno, la sensación de angustia de no poder tener la claridad ante esta situación de pandemia mundial nos pone frente a un nuevo horizonte en lo individual y en lo colectivo.

Acostumbrados a nuestras propias rutinas, a nuestras propias seguridades y ,en diferentes niveles, a nuestras naturalizaciones de indiferencia, egoísmo, consumo excesivo, entre otras tantas acciones propias del “paradigma de la deshumanización”; hoy nos encontramos aturdidos, inseguros, invadidos por la incertidumbre y, es ahí cuando tal vez, podemos ir comprendiendo que se trata de aprender a vivir de nuevo, desde otro paradigma crítico, creativo y cuidantes, como los expresaba Leonardo Boff hace unas décadas atrás.

Somos críticos si podemos develar los intereses ocultos, si podemos tener presente el telón de fondo de lo que nos acontece como humanidad y ayudar a que otros también lo vean, entendiendo por supuesto, que la buena crítica es siempre autocrítica. Somos críticos si aportamos a descomprimir las tensiones, angustias e incertidumbres.

Somos creativos sólo si nos animamos a poner en juego la creatividad, a recrear nuestros mundos por más humanidad. Lo seremos cuando seamos capaces de ir más allá de las fórmulas no sólo convencionales, sino de nuestras propias fórmulas creadas.
 
Seremos creativos cuando podamos llegar a sorprendernos por reinventar conexiones nuevas, de expresarnos a nosotros mismos y al mundo como una novedad frente a ese otro tan cercano y lejano a la vez.

Somos cuidantes cuando asumimos los valores que están en juego, nos ponemos atentos a lo que realmente interesa y preocupados con el impacto que nuestras ideas, comunicaciones y acciones pueden causar en los demás.

Ser capaces de distinguir lo que es urgente y lo que no lo es, poner el bien común por encima de lo particular, comenzar a ser responsables por la calidad de la vida social y ecológica es comenzar a construir una ética colectiva del cuidado.

No construiremos un arca, pero si una “ética de la solidaridad”: una esperanza trabajada en hacer lo que cada uno debe hacer desde el lugar que nos toca estar.
 

Lic. Diego Ramos.
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