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La propuesta es lógica y razonable para nuestro país
POR HORACIO ROVELLI ABR 19, 2020
La estrategia pergeñada por el gobierno de Alberto Fernández es acertada, elige primero la vida, de allí la cuarentena, el correr contra el reloj para equiparse y prepararse para el invierno, por un lado, y por otra parte, la propuesta en términos de la capacidad de pago real de nuestra Nación, de allí los tres años de gracia, la quita de capital e intereses sobre los 66.238 millones de dólares de deuda en 21 títulos distintos que están en moneda y en jurisdicción extranjera, en los que seguramente los grandes Fondos de Cobertura (Blackrock, Fidelity, Vanguard, Pimco y Franklin Templeton) ya tienen un porcentaje de los mismos que anula la cláusula de acción colectiva (25 o 33% depende del bono) para exigir el pago en las condiciones originales,
La propuesta es lógica y razonable para nuestro país, tres años de gracias una quita de capital del 5,4% y cambiar los intereses por una tasa del 0,5% en el primer año de pago (año 2023) y después ir aumentándola al 0,5% anual hasta ser de un promedio del 2,33%, que implica una disminución de los intereses del 62%, unos 37.900 millones de dólares y, en conjunto, significa una reducción en el pago en torno a la mitad de la deuda pactada originalmente.
Es obvio que no se van a pagar los vencimientos del 22 de abril, ni su extensión de plazo al 22 de mayo de 2020 y, las consecuencias serán que esos fondos de cobertura que administran activos financieros por varias veces la cantidad de bienes y servicios finales que produce nuestro país por año, pueden litigar en la justicia extranjera que también es más que probable, tendrá una conducta similar a la del Juez Thomas Griesa del Distrito Sur de Manhattan y, posteriormente, la Corte Suprema de los Estados Unidos que, el 14 de junio de 2014 se negó a tratar el caso argentino convalidando el fallo adverso.
Pero con la propuesta realizada y presentada ante la SEC (Comisión de Valores de los Estados Unidos) el viernes 17 de abril, se liberan fondos indispensables para hacer frente al gravísimo problema del coronavirus que es el enemigo letal que asola a nuestra Nación (y al mundo). El orden es sobrevivir a la pandemia y salir en las mejores condiciones posibles para afrontar el resto de las limitaciones y dificultades.
El gobierno se legitima sólo si primero, salva la vida de las personas de la pandemia y luego, organiza una estructura política, social y económica suficientemente fuerte para dar las nuevas batallas con posibilidades de vencer.
Mientras el gobierno y la población se preparan para el pico de la pandemia, están quienes se preparan para debilitar al gobierno y enriquecerse, la disparada del dólar paralelo tiene mucho que ver con esto, los de adentro y los de afuera juegan a que la propuesta fracase y comprar por monedas los activos del país.
Lo han hecho otras veces, recordemos el año 1989 en que Héctor Magnetto, CEO del grupo Clarín, le dice al Presidente Alfonsín que tiene que renunciar, con la frase “Ud. no se da cuenta que ya estorba”. Primero lo propiciaron para Presidente y poner fin a la dictadura militar (con la que se habían enriquecido y quedado con Papel Prensa), después lo presionaron para que legitime la deuda externa aprobando los seguros de cambio realizados en la dictadura y, finalmente, conspiran contra el gobierno radical porque esperaban la privatización de activos públicos que iban a realizar con Menem.
Ahora, no solo no quieren pagar impuestos y contribuir con el erario público en plena pandemia, sino que presionan sobre el dólar para erosionar nuestra moneda, sabiendo que la híper devaluación es la madre de la híper inflación, primero se dispara el dólar paralelo (y todas sus variantes: Contado Contra Liqui[1], dólar MEP[2], etc.) y luego los precios. El 6 de febrero de 1989 el dólar oficial valía 17,62 australes, pasó los 100 australes en abril, el 9 de julio de ese año que asume anticipadamente el Presidente Carlos Menem, el dólar estaba a 650 australes y llegó en abril de 2001 a 10.000 australes.
Recordemos una vez más que entre los principales fugadores de divisas del país están las empresas y sus dueños, del Grupo Clarín, Techint y Ledesma, denuncia que se ha presentado en la justicia tanta veces y que consta en el “Primer Informe de la mayoría de la Comisión Bicameral Permanente de Seguimiento y de la Gestión de Pago de la Deuda Exterior de la Argentina”, publicado en julio de 2019.
Según el Balance Cambiario del BCRA la FAE (Formación de Activos Externos de residentes argentinos en el exterior) fue de 88.371 millones de dólares en la gestión del gobierno de Cambiemos y, las compras la realizaron los bancos para sí o en nombre de sus clientes. Mientras el Estado Nacional se endeudaba por 129.000 millones de dólares, 88.371 millones fueron adquiridos por particulares para sacarlos del circuito económico. Por eso el conflicto interno se desata cuando el Presidente Alberto Fernández en su discurso del 1° de marzo de 2020 al inaugurar las sesiones ordinarias dijo: “…el Banco Central está abocado a una pormenorizada investigación del proceso de endeudamiento de los últimos años, en qué se utilizaron los fondos y cuáles fueron sus beneficiarios”.
Y los bancos, sobre todo los diez primeros bancos privados que operan en el mercado financiero local, ganan y han ganado fortunas prestándole al BCRA en LEBAC (Letras del BCRA por lo general a 30 días de plazo) en los primeros años del gobierno de Cambiemos y luego, en Leliq (Letras de Liquidez del BCRA de un plazo promedio de 7 días), de manera tal que en 2019 mientras el país descendía en un 2,2% del PIB (unos 8.000 millones de dólares), ellos ganaron $ 314.044 millones (unos 5.800 millones de dólares) siendo su tasa de rentabilidad sobre su patrimonio (ROE) del 65,36%
El BCRA actual para reducir las Leliq le devuelve a los bancos “más de 460 mil millones de pesos con la intención que ese dinero se preste”, según dijo su Presidente, Miguel Pesce, pero el ministro Matías Kulfas, en una conferencia de prensa del día jueves 16 de abril 2020, reconoció que sólo entregaron 60.000 millones de pesos a las Pymes y eso, que el Estado nacional garantiza esos préstamos a través del Fondo de Garantías Argentino (Fogar).
La fortaleza
La fortaleza de la Argentina está en que podemos auto abastecernos de alimentos, energía, combustible, producción industrial y, debemos tener nuestra propia moneda en base a nuestro trabajo y producción.
La Argentina puede no importar nada por varios meses (si lo imprescindible para luchar contra el virus), por lo que puede sustituir las compras del exterior de insumos, máquinas y equipos y hasta de tecnología, generando trabajo local y limitando la salida de divisas, incluso impulsando el sistema de compre nacional (a empresas locales) y financiar a las personas y a las micropymes, que hoy sin trabajar y producir no tienen otra opción que endeudarse, máxime que se acerca el invierno con lo que aumentará la demanda de gas y electricidad.
Finalmente, una efectiva política de test de covid-19 debe ser prioritaria y los test deberían estar disponibles para la población de forma gratuita, en particular para lo/as trabajadore/as de la salud y también para la población más vulnerable. Si se reconoce que la disponibilidad de test está vinculada a la producción, el comercio, la distribución, los recursos económicos y otros asuntos, todas las administraciones públicas deberían considerar un enfoque integral para proporcionar soluciones efectivas, incluso en lo que respecta a la cooperación internacional. También es fundamental que lo/as trabajadores/as de la salud reciban equipamiento de protección personal gratuito.
Por lo tanto se debe luchar contra el virus y a la vez que asistir a la demanda, apuntalar a la oferta para que se cuente con los bienes y servicios necesarios para que el país vuelva a crecer.
La estrategia es la correcta, pero debe ser acompañada por tácticas afines, sabiendo que el enemigo acecha, como le dijo el representante de Blackrock al Ministro Martín Guzmán: “Nosotros tenemos espalda y podemos sentarnos a esperar a negociar con otro gobierno que entienda a los mercados. Como los entendía el gobierno anterior, por ejemplo”.